Paula Sánchez Colomé
Psicóloga sanitaria e infanto-juvenil
Especialista en Problemas de conducta, TDAH y Atención temprana.
Desde siempre he sido una persona muy curiosa y con muchas preguntas, supongo que eso fue lo que me llevó a decidir que quería estudiar psicología.
Estudios y logros
Psicóloga Colegiada: AN111803
Graduada en Psicología, especialidad sanitaria.
Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad de Barcelona).
Experto en Psicología clínica y Psicoterapia infantil (ISFAP)
Sobre Paula
Nací en Tortosa, una ciudad pequeñita del sur de Tarragona. Allí viví durante los primeros diecisiete años de mi vida. Y es allí donde tengo mis raíces, mi familia, mis amigos de toda la vida y el refugio donde siempre me gusta volver.
Desde siempre he sido una persona muy curiosa y con muchas preguntas, supongo que eso fue lo que me llevó a decidir que quería estudiar psicología. En mi mente no había lugar para otras opciones, así que al terminar el bachillerato me fui a Barcelona a estudiar. Esa ciudad maravillosa me ha acogido durante siete años, me ha puesto delante de gente que me llevo conmigo para siempre y me ha permitido formarme como psicóloga y entender que esta es mi vocación y que me dedico a esto porque realmente no sería feliz dedicándome a otra cosa.
Llegados aquí, me imagino que os preguntaréis qué hace esta catalana por tierras andaluzas, pues hace unos años algunas circunstancias personales me llevaron a mudarme a Sevilla y aquí me tenéis, aclimatada ya al calor de sus calles, de su música y de su gente.
A lo largo de mis experiencias profesionales he tenido la oportunidad de trabajar en varios dispositivos y de tratar con pacientes muy diversos, aunque me he especializado en infanto-juvenil y actualmente me dedico a ello. Esto me permite juntar mis dos grandes pasiones: la psicología y los niños, porque desde siempre he sentido una conexión muy especial con los más pequeños.
Trabajo en dificultades de aprendizaje, trastornos del neurodesarrollo y problemas emocionales.
Me apasiona sentarme a jugar con ellos y que me enseñen cómo se ve el mundo desde su perspectiva, para poder trabajar juntos en poner nombre a lo que sienten y ayudarles a encontrar la mejor versión de sí mismos.
En este proceso de cambio siempre me gusta incluir a la familia, porque es trabajando en equipo, remando hacia la misma dirección, cuando conseguimos ponernos el viento a favor y obtener los mejores resultados.