Cómo saber cuándo abandonar. El ejemplo de Rafa Nadal

El pasado jueves, coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental, Rafael Nadal anunciaba oficialmente su retirada, insistiendo en que tomar tal decisión había resultado un proceso física y psicológicamente duro y costoso. De seguro, muchos de nosotros, tal vez en diferentes ámbitos y circunstancias, nos hemos sentido identificados con parte de esta experiencia, y es que, aprender a soltar aquello que nos hace sentirnos seguros (aunque nos haga daño al mismo tiempo) requiere tiempo y reflexión.

La delgada línea entre la perseverancia y la obstinación

greg willson 6dHSBuIZnrk unsplash

La perseverancia y la obstinación están separadas por una línea muy fina que no siempre sabemos distinguir con claridad, sobre todo cuando están nuestras emociones de por medio. No daríamos lo mejor de nosotros si no considerásemos que nuestra meta es valiosa, por lo que somos nosotros mismos quienes muchas veces nos negamos a ver la realidad o nos resistimos a aceptar el final de una etapa.

Es probable que al inicio hubiésemos estado plenamente convencidos de que nuestro propósito era válido, pero a medida que avanzamos en el camino, descubrimos que nos embarga una sensación de vacío o desgaste emocional. Cuando la sensación de incomodidad no nos abandona, ha llegado el momento de detenerse y replantearse algunas cosas.

Puede invadirnos una sensación de fracaso y frustración, ya que, tras todo el esfuerzo y tiempo invertidos, descubrimos que los resultados obtenidos no son los esperados. Además, corremos el riesgo de culparnos y decepcionarnos a nosotros mismos por no ser suficientemente perseverantes en conseguir nuestra meta. Esto nos genera una sensación de haber perdido el tiempo, de rabia o de injusticia, la cual nos alienta a persistir con la esperanza de que los recursos destinados a la meta no hayan sido desperdiciados.

El miedo al cambio: Un obstáculo para avanzar

Dar el paso definitivo nunca es fácil porque estamos vinculados emocionalmente con esos proyectos y también porque desistir implica, de una u otra manera, enfrentar cierto grado de incertidumbre. De hecho, otra de las causas que nos impiden abandonar es el miedo a aceptar que nos equivocamos o la reticencia a cambiar nuestros planes por el temor a lo desconocido. Sin embargo, en algunos casos, puede resultar la decisión más inteligente.

Señales que te indican cuándo abandonar

  • ¿OBJETIVOS REALISTAS?: Si los objetivos iniciales del proyecto se han vuelto irreales o inalcanzables, es momento de replantearse su viabilidad.
  • FALTA DE PROGRESO: Si el proyecto está estancado, a pesar de tus mejores esfuerzos, podría ser señal de que es hora de dejarlo ir. A veces, persistir en algo que no avanza puede ser una pérdida de tiempo y recursos.
  • CAMBIO DE CIRCUNSTANCIAS: Si las circunstancias cambian y el proyecto ya no se adapta a tu situación actual, puede ser interesante abandonar para enfocarte en lo que es más relevante en ese momento.
  • AGOTAMIENTO Y ESTRÉS: La salud mental y física es esencial. Si el proyecto te está agotando y causando un estrés constante, es momento de considerar si vale la pena seguir. Tu bienestar debe ser una prioridad.
  • CAMBIO DE PASIÓN: Si has perdido el entusiasmo y la pasión por el proyecto, es difícil mantener la motivación. A veces, es mejor invertir tu tiempo y energía en algo que realmente te apasione. Si un proyecto o actividad se ha convertido en una mera obligación que simplemente consume tus energías, puede ser el momento de plantearte dejarlo. Hagas lo que hagas en esta vida, sería deseable disfrutar al menos un poquito.
  • FEEDBACK EXTERNO: Escuchar la opinión de colegas, amigos o asesores puede proporcionarte una perspectiva objetiva. Si muchos te aconsejan que ese no es tu sitio, considera su opinión, aunque lógicamente la última decisión tendría que ser la tuya.
  • OPORTUNIDADES MÁS GRANDES: Si surgen oportunidades que podrían ser más prometedoras y alineadas con tus metas, puede ser el momento de dejar atrás el proyecto actual.
  • PIENSA A LARGO PLAZO: Piensa en el impacto a largo plazo de abandonar o continuar el proyecto. ¿Cómo te afectará en el futuro? ¿Qué te acercará más a tus objetivos? ¿Qué podrías estar haciendo si no tuvieras que hacer esto?
  • ANÁLISIS DE COSTES Y BENEFICIOS:
    • Cuando los perjuicios a largo plazo no compensan los beneficios a corto plazo. Si estás trabajando muy duro en algo que quieres, pero eso está afectando a tu persona, a tu salud, o a tus relaciones con tu familia y amigos, tienes un conflicto de áreas de responsabilidad. Tendrás que reflexionar y evaluar qué es más importante. ¿Tener éxito en el proyecto te compensará esas pérdidas?
    • Cuando hacer más cosas ya no producen mejores resultados. Hay proyectos y actividades en la vida, en las que llegado un punto, hacer más no permite mejorar el resultado, o al menos, hay que hacer un esfuerzo muy grande para obtener una mejora muy pequeña. Si es así, puede que haya llegado el momento de parar, de cambiar de estrategia o de foco.
    • Cuando los resultados previstos ya no justifican el coste. Es posible que el tiempo o el dinero invertido haya superado con creces lo que habías previsto y resulte que, aún en el caso de finalizar el proyecto de manera exitosa, el valor obtenido no va a compensar nunca el esfuerzo.
Gota que colma el vaso

Con todo esto no queremos decir que no haya que luchar por nuestras metas. Es importante ser conscientes de que hay objetivos que requieren de un esfuerzo e inversión importante, que a veces los resultados tardan en llegar y esto forma parte del proceso. Sólo conviene recordarse que no hay obligación de mantenerse ahí solo porque una vez, hace un tiempo, con otras circunstancias o información, decidí estar ahí. Tienes derecho a cambiar, a parar, a elegir otro rumbo. Y saber abandonar a tiempo a veces es un éxito.

chris lawton 5IHz5WhosQE unsplash

Cerrando ciclos con gratitud: el ejemplo de Rafa Nadal

Para terminar, una vez más, Rafa Nadal nos da una lección: CERRAR UNA ETAPA VALORANDO, agradeciendo, sintiéndose afortunado por lo vivido y conseguido.

Aceptar que es un cierre de ciclo, pero no el final de una vida.

Solo después de un final hay un nuevo comienzo.

Y estamos seguras de que Rafa aún nos dará muchas imágenes de éxito.

Pero como no todos somos Nadal, recuerda:

Si te sientes atascado en una etapa, proyecto o relación, si sientes que ese no es tu sitio pero no sabes cómo salir, en INSIGHT estamos aquí para ayudarte.

Si te ha gustado, te invito a compartirlo