¡Bienvenido Septiembre! Para muchos de nosotros sigue siendo el inicio de un año nuevo… secuelas de años y años de nuestra vida medidos por
el calendario escolar.
La vuelta al cole puede ser un acontecimiento muy esperado para algunos niños y niñas, que tienen ganas de volver a ver a sus compañeros/as, a sus profes… Sin embargo, cuando se acerca el regreso a las aulas otros pueden vivirlo con ansiedad, con ciertos miedos cuando hay cambio de etapa y presentar dificultades para adaptarse de nuevo a la rutina.
Algunos de los síntomas más frecuentes en los días previos a la vuelta al cole son malestar general, dolor de cabeza, dolor de abdomen, irritabilidad, cansancio generalizado o tristeza. No se trata de que tengan todos estos síntomas, ni de que sea algo necesariamente patológico. Es más bien el reflejo de un malestar o inquietud que sus cuerpos reflejan como saben y pueden.
Así que, para ayudaros a prevenirlos, os proponemos algunas recomendaciones para los días previos a la vuelta al cole y para cuando ya hayan vuelto a la rutina.
Planificar el nuevo curso
En la medida de lo posible, es interesante que los niños y niñas participen en la preparación de los materiales y en las compras relacionadas con la vuelta al cole. Para muchos será ilusionante. Otros pueden inquietarse porque vean un temario que les parezca muy difícil. Suele ayudar recordarles cómo a principios del curso anterior hay cosas que no sabían o entendían y pudieron conseguirlo a medida que avanzó el curso. Con esto les alimentamos su sentimiento de competencia y una mayor percepción de sus capacidades.
Dependiendo de la edad del menor, para algunos puede ser importante que les expliquemos en un tono positivo cómo van a ser los horarios en este nuevo curso, los días de las extraescolares y los tiempos que se van a dedicar a las tareas en casa. Eso les ayuda a anticipar qué va a ocurrir cuando vuelvan a las clases y a tener mayor sensación de control y por lo tanto mayor tranquilidad.
Preparar el proceso de adaptación
Si a los adultos nos cuesta reincorporarnos a nuestra rutina laboral después de las vacaciones, es de esperar que para nuestros niños y niñas no sea diferente. Ya hablábamos en otro post de cómo se flexibilizan las rutinas durante el verano. Para facilitar el inicio de curso, aproximadamente una semana antes de comenzar las clases puede ser útil:
- Adaptar los horarios de levantarse y acostarse, así como de las comidas, a unos más similares a los que tendrán durante el curso.
- Retomar los hábitos de alimentación saludable.
- Reducir tiempo de pantallas e incorporar actividades que impliquen trabajar la atención, como la lectura y los juegos de mesa.
- Marcar en el calendario de forma visual el inicio del curso y de las actividades que vayan a incorporar.
- Planificar y marcar también en el calendario alguna actividad que les interese y les guste, como quedar con algún compañero de clase, algún plan en el fin de semana…
- Pasear por los alrededores del colegio, especialmente con los más pequeños o con los que se escolarizan por primera vez.
- Una vez empiece el cole, levantarse con tiempo suficiente para evitar las prisas por las mañanas.
Acompañamiento emocional
Cada persona afronta los cambios, las rutinas y los retos de firma diferente. Es importante no dar por hecho que lo normal para nosotros como adultos es igual de nimio para nuestros hijos e hijas y ser conscientes de que pueden aparecer inquietudes, temores, pereza… No es cierto que lo que no se nombra no existe, solo hace que permanezca oculto, y eso hace más difícil gestionarlo. Por esto, nos parece importante recordar algunas ideas:
- Crea un contexto donde poder hablar con los niños y niñas sobre qué piensan y sienten acerca de la vuelta al cole. Si puede expresar sus inquietudes y resolver sus dudas no solo ayudamos a una incorporación más agradable, también estaremos creando un entorno de comunicación donde expresarse ahora y en el futuro.
- Recordemos los aspectos positivos de la vuelta a las aulas, como pueden ser retomar el contacto con sus compañeros y conocer a otros nuevos.
- Mantener algunas actividades de ocio para disminuir el estrés y ansiedad que el inicio del curso les pueda generar.
- Despedirse de forma breve, transmitiendo tranquilidad y explicando cuándo y quién le recogerá.
Con todo esto, estamos sentando las bases para una vuelta al cole más saludable a nivel físico y emocional.
Normalmente, tras unas semanas, los niños y niñas se adaptan a su nueva rutina y los síntomas que comentábamos al principio desaparecen. Sin embargo, si observáis que siguen presentando dificultades relacionadas con la vuelta al cole, que los síntomas son más intensos de lo esperable o no disminuyen tras esos primeros días de instauración de la rutina, podéis visitarnos y juntos trabajaremos para ayudarles a que esta vuelta sea exitosa.
Aprender que nuestras emociones pueden gestionarse y nos hacen crecer es un trabajo en equipo.