JUAN MANUEL FERNÁNDEZ CARRANZA

Psicoterapia Cognitivo-Conductual

Especialista en atención a familias y personas dependientes.

Tras más de una década dedicado a este oficio, compruebo día a día con todas las familias que confían en mí para iniciar nuevas aventuras que todo es posible, que el cambio, la mejora y la felicidad llega y se toca con la punta de los dedos cuando, simplemente, cambiamos algo de nuestro mundo.

estudios y logros

  • Psicólogo Colegiado: AN-06403

  • Licenciado en Psicología, especialidad sanitaria

  • Máster en coaching con PNL e Intervención Sistémica

  • Psicólogo en Paz y Bien

SOBRE JUAN MANUEL

Desde pequeño quise saber lo que se sentía cuando alguien preguntase…”¡Hombre! ¿Eres psicólogo? ¡Léeme la mente!» o «¿Qué significa esto que he soñado? ¿Tú cómo me ves?”…

Así que, en un esfuerzo por conocer esa otra parte de la Psicología que no incluían esas preguntas, mi batalla se centró exclusivamente en cómo, qué, cuándo y por qué. Y ahí se origina el centro de mi perspectiva en este oficio… el comportamiento humano.

El poeta Wordsworth en 1.802 usó la expresión “El niño es el padre del hombre”, y creo que tomaré esa pequeña frase con tan gran significado y análisis para mostrar a qué me dedico y cuál es mi pasión, la Psicología Infantil y Juvenil.

Cuando somos pequeños el tiempo es muy relativo, va muy despacio y nuestra mente está vacía y con los brazos abiertos para abrazar cualquier aprendizaje o cualquier experiencia. Ahí es cuando debemos optimizar nuestros esfuerzos desde el mundo adulto, el cual, por el contrario, va rápido, va muy lleno y normalmente es reacio a cambiar hábitos.

Tras más de una década dedicado a este oficio, compruebo día a día con todas las familias que confían en mí para iniciar nuevas aventuras que todo es posible, que el cambio, la mejora y la felicidad llega y se toca con la punta de los dedos cuando, simplemente, cambiamos algo de nuestro mundo.

Me gusta confiar, reír y luchar en consulta, porque, aún hoy en día, sentarse al otro lado de la mesa y contar aspectos de nuestros hijos y de nosotros mismos que no van bien… cuesta. Sin embargo, entre todos el color cambia, de negro a blanco, de viento en contra a viento a favor… cualquier esfuerzo por mínimo que sea tiene su recompensa. Y es ahí, cuando el día acaba y toca cerrar la consulta, cuando vuelves a casa sabiendo que guías a alguien, a una niña, a un niño, a unos papis… a la felicidad.

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